
“Largo Viaje” (1967) es una película chilena de Patricio Kaulen (en apariencia el único largometraje que ha realizado). Con un toque sutil a lo Buñuel, reflejando la ideosincrasia de la época, se narra la historia de un niño de 8 años aproximadamente, cuyo hermano al momento de nacer ha fallecido de manera instantánea. En la idiosincrasia chileno-rural, existe una costumbre popular que denomina a los niños que han muerto como “angelitos”, puesto que en realidad no han “fallecido”, sino que han iniciado un largo camino para encontrarse directamente con Dios. Es así como nuestro protagonista, un muchacho humilde e inocente, recorre las calles del gran Santiago buscando el cuerpo de su hermanito, que al momento de llevárselo al cementerio tras el velatorio, pierde las alas de papel que le entregarían el supuesto pase hacia la eternidad. Durante su búsqueda se encontrará en un Santiago abundante de miseria, soledad, crisis y diferencias sociales.
Impactante la forma de “celebrar” la muerte. Con cánticos, comida por doquier, juegos típicos y abundantes jarrones llenos de alcohol. Siendo chileno y viviendo en el país, es impresionante lo cerca pero a la vez tan lejos que estamos, y lo inculto que podemos llegar a ser. Antes de ver la película nunca se me habían pasado por la mente los ritos que existían (o existen) en nuestra cultura popular. Tampoco logro canalizar mis pensamientos en lo correcto o no de la situación. ¿Será mejor vivir el duelo en silencio y en paz? ¿o realizar una fiesta con la comunidad para festejar la muerte?.
La gran Violeta Parra logró plasmar la tradición sureña de la época, en su canción “El rin del Angelito”:
Ya se va para los cielos ese querido angelito a rogar por sus abuelos por sus padres y hermanitos. Cuando se muere la carne el alma busca su sitio adentro de una amapola o dentro de un pajarito. La tierra lo está esperando con su corazón abierto por eso es que el angelito parece que está despierto. Cuando se muere la carne el alma busca su centro en el brillo de una rosa o de un pececito nuevo. En su cunita de tierra lo arrullará una campana mientras la lluvia le limpia su carita en la mañana. Cuando se muere la carne el alma busca su diana en el misterio del mundo que le ha abierto su ventana. Las mariposas alegres de ver el bello angelito alrededor de su cuna le caminan despacito. Cuando se muere la carne el alma va derechito a saludar a la luna y de paso al lucerito. Adónde se fue su gracia y a dónde fue su dulzura porque se cae su cuerpo como la fruta madura. Cuando se muere la carne el alma busca en la altura la explicación de su vida cortada con tal premura, la explicación de su muerte prisionera en una tumba. Cuando se muere la carne el alma se queda oscura.
Grandísima película. Digna de ser digerida por nuestros sentidos. Saludos y ¡Éxito!.
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